La dotación cromosómica normal de la especie humana es de 46,XX para las mujeres y de 46, XY para los varones.
En el cariotipo humano los cromosomas se ordenan de mayor a menor. Hay cromosomas grandes, medianos y pequeños. Al ordenar los comosomas se constituyen 7 grupos atendiendo no sólo al tamaño sino también a la forma de las parejas cromosómicas, dentro del cariotipo humano podemos encontrar cromosomas metacéntricos (tienen los dos brazos aproximadamente iguales en longitud), submetacéntricos (con un brazo más pequeño que otro) y acrocéntricos (con un brazo corto muy pequeño).
Concretamente en el cariotipo humano hay 7 grupos de cromosomas.
CROMOSOMAS
Los cromosomas también contienen
proteínas que ayudan al ADN a existir en la forma apropiada
Los cromosomas vienen en pares.
Normalmente, cada célula en el cuerpo humano tiene 23 pares de cromosomas (46
cromosomas en total), de los cuales la mitad proviene de la madre y la otra
mitad del padre.
Dos de los cromosomas, el X y el
Y, determinan si usted nace como niño o como niña (sexo) y se denominan
cromosomas sexuales.
Las mujeres tienen 2 cromosomas
X.
Los hombres tienen un cromosoma X
y uno Y.
La madre le aporta un cromosoma X
al hijo, mientras que el padre puede contribuir ya sea con un cromosoma X o con
un cromosoma Y. Es el cromosoma del padre el que determina si el bebé es un
niño o una niña.
Los cromosomas restantes se
denominan autosómicos y se conocen como pares de cromosomas del 1 al 22.
CITOGENÈTICA
La citogenética es la parte de la
genética que estudia la apariencia microscópica de los cromosomas y sus
anomalías en la enfermedad. Es una herramienta útil para definir distintas
entidades y nos proporciona información para comprender los mecanismos
implicados en su patogenia. Se han identificado anomalías cromosómicas tanto
numéricas como estructurales (translocaciones, inversiones, delecciones,
duplicaciones) que están asociadas directamente con la génesis tumoral, con
ciertas características clínicas del cáncer, con factores pronósticos y de
respuesta de la terapia del cáncer. Así, en algunas leucemias se ha
identificado la t(9,22)(q34.1;q11.2) y en los síndromes mielodisplásicos 5q-,
del (5)(q13q33). Cuando se identifican estas anomalías, se puede realizar un
diagnóstico a nivel citogenético y monitorizar la progresión de la enfermedad. Si
el tratamiento es efectivo, la mayoría de los reordenamientos cromosómicos no
serán evidentes y el paciente estará en remisión completa.
Cuando los cromosomas presentan
bandas poco definidas, es decir, la calidad de la morfología de los cromosomas
es mala, no es posible determinar el cariotipo y tampoco es posible detectar
las alteraciones genéticas que afecten a regiones muy pequeñas del ADN. Estas
situaciones producen limitaciones en la aplicabilidad de la citogenética
convencional para el estudio de la EMR. Otro problema es que las células en
división pueden no ser representativas del tumor.
Las técnicas de citogenética
permiten la identificación de una célula tumoral de entre 20 células normales.
Por el contrario, la especificidad de algunas alteraciones genéticas como los
marcadores genéticos es relevante. La ventaja más importante de su utilización
es que todos los cromosomas pueden ser visualizados a la vez.
La realización de un estudio
citogenético convencional es obligado en la evaluación de aquellas neoplasias
hematológicas que presentaban alteraciones en el momento del diagnóstico.
Aunque la falta de células en división en los cultivos celulares y la mala
morfología de los cromosomas son dos situaciones muy frecuentes en hemopatías
malignas.
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